domingo, 12 de abril de 2020

Cap I. EXCELENCIA, NECESIDAD Y UTILIDADES DE LA SANTA MISA


Antes de principiar te diré que este Santo Sacrificio se llama Misa, esto es, enviada, porque representa la legación que media entre Dios y el hombre; pues Dios envía a su Hijo al altar, y de aquí la Iglesia le envía a su Eter­no Padre para que interceda por los pecadores. (SAN BUENAVENTURA. In exp. Miss.).

1. Mucha paciencia se necesita para tole­rar el contagioso lenguaje de algunos liber­tinos que con frecuencia se atreven a difun­dir proposiciones escandalosas, que tienen sabor de muy pronunciado ateísmo, y son un veneno para la piedad cristiana.
"Una Misa más o menos, dicen, poco im­porta".

"Ya no es tan poca cosa oír la Misa los días de obligación".

"La Misa de tal sacerdote es una Misa de Semana Santa: y cuando lo veo acercarse al altar escapo de la iglesia".

Los que así se expresan dan bien a entender que en poco, mejor dicho, que en nada apre­cian el adorable sacrificio de la Misa. ¿Sabes, querido lector, lo que es en realidad la Santa Misa? Es el sol del mundo cristiano, el alma de la fe, el centro de la Religión católica, ha­cia el cual convergen todos los ritos, todas las ceremonias y todos los Sacramentos; en una palabra, es el compendio de todo lo bueno, de todo lo bello que hay en la Iglesia de Dios. Medita, pues, atentamente, piadoso lector, lo que voy a decirte en estas páginas para tu instrucción.

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